El día en que te conocí

(Poema a mi primogénita Gabriela Patricia)

IMG_20171227_200955

Luciérnaga fugaz de risos dorados

con rostro de ternura deslumbrante

tus ojos penetrantes entre azul y verde

reflejan mi ilusión,

Es tu sonrisa la risa de mi alma

y tus lagrimas los ríos que me bañan

han sido mis entrañas

tus más cálidas frazadas,

En mi vientre danzabas

marcando con pisadas

al compás de Mozart

tu cálida llegada,

El mundo ha cambiado

! ¡Ya tengo un nuevo Sol!

Mis pechos han alimentado

a mi nuevo corazón,

Es un ángel, es mi diosa,

!Es mi niña, mi gran amor!

Entre el deseo y el hacer por nuestros propósitos.

Todos en algún momento de nuestras vidas planteamos metas y propósitos en el trabajo, la vida familiar, académica, o personal. Cuando las excusas son más grandes que el valor que damos a nuestros sueños, ponemos trabas en el trayecto para alcanzarlas. Lanzarse al camino del éxito puede ir cuesta arriba para algunas personas. La clave para poder ver el fruto de nuestro esfuerzo es definir de manera clara y específica, de qué forma o cuando obtener lo que queremos alcanzar, es decir, definir objetivamente una meta que pueda ser medible, para visualizar su razón de ser y la capacidad que tenemos para esforzarnos y ser persistentes en nuestros propósitos. Si queremos trazarnos metas reales y hacer de nuestro sueño algo posible, debemos hacernos tres preguntas: ¿Quién soy? ¿Cómo lo quiero? Y ¿Cuándo lo quiero?123-279x300

Muchas de las frustraciones en no cumplir con nuestros propósitos se deben a que no nos conocemos, convirtiéndose en el principal obstáculo para hacer posible nuestras metas. En algunos casos, por ser las expectativas mayores al resultado real que pudiéramos alcanzar de acuerdo a nuestras posibilidades, y en otras ocasiones por que no conocemos o no identificamos las fortalezas, debilidades y amenazas que nos definen como seres humanos, capaces y necesitados de desafiar nuestros miedos e inseguridades para arriesgarnos y hacer posible aquello que nuestra mente mostraba como inalcanzable. Por eso, nuestro mayor enemigo ante los propósitos de nuestras vidas, podemos ser nosotros mismos. Debemos RECONOCER nuestro POTENCIAL.

Por otro lado, el ¿Cómo lo quiero? Es algo que ponemos en cuestionamiento en la sociedad que nos arropa actualmente, somos bombardeados por falsas necesidades, producto del consumismo extremo que nos impulsa de manera imprudente a manejar pobremente nuestra economía. Dejamos de lado la planificación y el esfuerzo que se necesita para alcanzar la compra de un carro, una casa, un viaje familiar… y simplemente queremos todo y ahora. Nos embarcamos en préstamos y más proyectos, superando nuestra capacidad de respuesta. Aquello que pudo ser el éxito o disfrute familiar, si la meta era por ejemplo ir de vacaciones, se convierte en fuente de frustraciones y estrés que degeneran en malestar y crisis familiares, económicas y emocionales.

Debemos DEFINIR claramente nuestros PROPÓSITOS y disponer de los recursos necesarios como base o sustento para hacer crecer el proyecto o meta a desarrollar. Las herramientas de planificación son elementales para definir cómo y qué necesito, y así poder visualizar las posibilidades de tener éxito en las metas que me voy trazando. El uso de la tecnología y programas o aplicaciones para celulares facilitan la manera de tener control sobre cómo manejamos nuestra economía doméstica y nos permiten hacer proyecciones para valorar las posibilidades positivas o negativas, en la gestión de los recursos necesarios para tener éxito. Siempre es bueno contar con la asesoría e investigar sobre el contexto que queremos incursionar.

Prioriza-tus-metas-Ana-CortesMuchas son las metas que podemos trazar para nuestro propósito de vida: hacer una maestría, cambiar, de carro, comprar una casa, casarse, la llegada de un hijo. Ahora bien, el ¿Cuándo alcanzarla? Es algo a tomar muy en cuenta. Si nuestras listas o propósitos para el próximo año inician con las metas relegadas del año que despedimos, ocurre porque muchas veces no tenemos o creamos la motivación suficiente en el empeño y disciplina necesarios para alcanzar las metas en el tiempo que nos trazamos. La automotivación basada en las expectativas de otros, sentimientos de incapacidad y una pobre dosis de ambición sana, son algunas de las causas. Hay que analizar el origen de nuestros propósitos, y así trazar metas que podamos cumplir. Definir cuál es el sentido de mi vida en las decisiones que tomo para postergar o actuar frente a los logros que quiero obtener. Enfocarnos en cosas que alimenten la pasión, el compromiso, la responsabilidad y actitud de hacer realidad nuestros sueños, partiendo de expectativas reales, como, por ejemplo, poder visualizarnos alcanzando ya la meta y las ganancias personales, laborales o familiares que de ella pueden devenir.

Es importante siempre definir las metas a corto, mediano y largo plazo, de manera que las pequeñas puedan servir en el corto plazo, como motivación suficiente para las de mayor plazo. No hay mejor motivación que la satisfacción de alcanzar el éxito, y sentir el fruto de nuestro esfuerzo por pequeño que sea, aun cuando no conseguimos lo que queríamos.

Debemos ser capaces de romper nuestros esquemas mentales y apreciar lo que hemos alcanzado. Evaluar las que no han sido posibles de alcanzar e identificando en el “no puedo”, el temor que tenemos al rechazo o al fracaso, ocasionando una parálisis física y emocional en la consecución de tus objetivos. Debemos DESAFIAR nuestras EMOCIONES, y de esta forma descubrir al salir de la zona de confort, todo lo que podemos aprender y crecer en el camino para alcanzar el éxito hacia nuestro propósito de vida, ya que tu mente crea tu realidad, y tu realidad te lleva al éxito.

A %d blogueros les gusta esto: